
Me han comentado – aunque no he tenido la suerte de probarlo – que hay un tour de misterios y leyendas de Córdoba que te va enseñando rincones de la ciudad con sus respectivas historias paranormales. Pero lo cierto es que no me hace falta hacerlo para saber que en esa ruta se están saltando el, probablemente, caso fantasmagórico más reciente en la ciudad: la Oficina Municipal de Vivienda.
Cuenta la leyenda que, antaño, en el lejano año 2015, se creó esta oficina y llegó a ser una herramienta útil para las personas y familias que estaban en riesgo de ser desahuciadas de su casa. Cuentan que, a través de esta oficina, el Ayuntamiento mediaba con los bancos, acompañaba a las familias… Pero en la actualidad, se han reportado evidencias, hay testimonios que apuntan a que se trata de una oficina fantasma. Se dice que ya nadie trabaja allí, que no se le concede presupuesto y que carece de competencias.
Entonces, me dirás: ¿ya no existe la Oficina Municipal de Vivienda? Bueno… Disculpa que sea yo quien te lo diga, pero no lo estás entendiendo. La oficina existe, sí. Se lo puedes preguntar a tu alcalde, José María Bellido. Si la buscas, encontrarás la página web, su correo electrónico, su dirección. Sí. Pero está vacía, como un flamenquín sin jamón. Es una oficina fantasma. Inútil, diría Sabina, como un sello por triplicado, como el semen de los ahorcados, como el libro del porvenir. Le podéis preguntar a Stop Desahucios, que lo saben bien.
En realidad, no es que en la Oficina Municipal de la Vivienda haya actividad paranormal… ¡es que no hay ningún tipo de movimiento! Pero, lo que sí no ha parado de suceder son las amenazas de desahucios por parte de bancos y fondos de inversión. Y es que, según un informe emitido por el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), Córdoba ha registrado 52 desahucios durante el primer trimestre de 2025.
Quizás, al Partido Popular de Córdoba le hubiese convenido más reconvertirla en lo que su homólogo en Sevilla no ha dudado en llamar Oficina Antiokupación. Si lo pensáis, el negocio es redondo. Destinas la mitad de los recursos que tiene a disposición la oficina de vivienda (es decir, cero dividido entre dos) y los resultados serán increíbles. ¿Por qué será?
Por desgracia, no creo que hacer una ouija en la Oficina Municipal de Vivienda sea la solución. Pero ¿qué tal si nos unimos para pedirle al gobierno local que la vuelva a dotar de recursos?