Internet permite a los estudiantes de nuevas lenguas desarrollar una identidad flexible en la que se mezclan palabras nativas y extranjeras, capaz de cambiar según el contexto en el que se habla y en la que las lenguas minoritarias van teniendo cada vez más protagonismo. Es la conclusión de un estudio de revisión publicado en la revista International Journal of Multilingualism y en el que Francisco Javier Palacios Hidalgo y Cristina A. Huertas Abril, del grupo de investigación de la Universidad de Córdoba RELATED, han estudiado 31 artículos publicados entre 2020 y 2024 para conocer mejor la influencia de las herramientas digitales (como las apps o las redes sociales) en la identidad de quienes están aprendiendo nuevas lenguas.
Con la idea de que las palabras que elegimos para expresarnos, nuestras lenguas, marcan cómo nos mostramos ante la sociedad y reflejan nuestra identidad, Palacios Hidalgo y Huertas Abril querían ir un paso más allá. En concreto, observar el papel que juega Internet en esa relación entre lengua e identidad y en un contexto de aprendizaje de nuevas lenguas. En ese contexto de plurilingüismo, la definición de la identidad a través de las lenguas no es ajena al uso de herramientas digitales. Ahora bien, esa definición de la identidad a través de la tecnología no es uniforme, ni rígida, ni sigue de forma exclusiva las lenguas mayoritarias.
Según han podido comprobar con la revisión de las investigaciones más recientes, más que una sola identidad hay varias que se emplean de diferente forma según el contexto. No es lo mismo un correo electrónico escrito en una sola lengua (contexto formal) que una publicación en Instagram o TikTok en la que se mezclan varias lenguas o códigos (contexto informal). De la misma forma, quienes aprenden nuevas lenguas emplean las plataformas digitales para experimentar con identidades «híbridas». Es decir, no separan los idiomas que saben, sino que los mezclan de forma fluida.
Se trata de una identidad más flexible donde el uso mayoritario del inglés va dando paso a otras lenguas. «Cada vez más lenguas minoritarias o minorizadas están cobrando fuerza y visibilidad en el panorama internacional. Lenguas que hace 50 años quedaban limitadas a un entorno geográfico muy concreto, ahora están ganando peso gracias a la tecnología», explica Huertas Abril.
Así, las herramientas digitales sirven de espacios dinámicos de comunicación donde explorar las diferentes lenguas que se manejan, tanto las propias, como las nuevas, y potenciar las diferentes identidades lingüísticas de las personas. En palabras de Palacios Hidalgo, «las tecnologías dan muchas oportunidades para combinar los conocimientos lingüísticos que, en otros contextos no mediados por la tecnología, quizá no se utilizarían».
Las tecnologías abren nuevas oportunidades para el uso de otras lenguas, por lo que pueden servir como complemento a las enseñanzas de lenguas tradicionales. De esta forma, el estudio sienta las bases teóricas para establecer alianzas de cooperación entre la investigación y los centros educativos en el marco del proyecto europeo Pluridentities, un proyecto cuyos objetivos son conocer cómo los jóvenes europeos hacen uso de las diferentes lenguas que conocen y plantear tanto propuestas de política lingüística en Europa, como intervenciones más directas en centros educativos.