
¿Ustedes son románticos? ¿Creen que hoy en día se puede ser romántico? Es más, me gustaría saber qué entienden todos y cada uno de ustedes por romanticismo, por “ser un romántico o una romántica”.
Si buscamos la definición de este término en el diccionario de la Real Academia Española, el resultado es el siguiente:
1. nombre masculino
Movimiento cultural que se desarrolla en Europa desde finales del siglo XVII y durante la primera mitad del XIX y que, en oposición al Neoclasicismo, exalta la libertad creativa, la fantasía y los sentimientos.
2. nombre masculino
Modo de expresión artística y literaria que responde a los planteamientos del Romanticismo.
Mientras escribo este artículo de opinión, a las únicas que tengo a mano para preguntarles qué creen ellas que es “ser romántica”, son mis hijas adolescentes. La respuesta más inmediata ha ido encaminada a la definición de lo que, para ellas, como para cualquier persona de su edad, y hasta mayores que ellas, no lo neguemos, es el amor: “Estar atenta o atento con tu pareja, confiar y… no sé…” ha dicho una. “Obviamente dar amor, atención, actuar de manera romántica dando cariño, mostrando que sientes algo hacia esa persona…” ha contestado la otra.
Sin querer yo tirar por los suelos, ni por supuesto negar la evidencia de que esa acepción amorosa está estrechamente relacionada con el concepto, y tiene muchísimos adeptos, diré que sus respuestas han confirmado mi sospecha de que al pobre Romanticismo se le ha despojado, en el imaginario general, de esa exaltación de la Libertad (con mayúsculas, sí) individual que tanta falta hace hoy en día; también de la Valentía de seguir tus sueños, por inalcanzables que parezcan, y la fantasía, que mueve a muchos a seguir esos mismos sueños, también queda fuera del, hoy en día, pobre y escuálido término.
Supongo que os preguntaréis a qué viene que ésta escriba sobre un concepto tan antiguo y ñoño, con la de cosas terribles que están pasando en el mundo, o quizás que os preguntéis a dónde quiero ir a parar o qué plomillazo tengo en la cabeza para ponerme a hablar de Romanticismo con la que está cayendo. Pues bien, será la edad, la metralla que a lo largo de la vida se me ha quedado metida en el cuerpo, el cansancio de ver que nada cambia y que la gente cada vez es más insensible ante las injusticias que a diario nos golpean los oídos y los ojos… pero quiero aprovechar este espacio para deciros que querría ver más Románticos y más Románticas en las calles, que con sus palabras y, sobre todos, con sus acciones, demuestren que lo que pasa duele, que las injusticias, aunque sea inevitable que pasen, no podemos, no deberíamos, tragarlas como si fuesen esa pastilla que te quita el estrés, de manera que nos quedemos adormilados ante ellas, que lleven por bandera la Empatía, la Libertad, el Respeto, la Pasión y, por qué no, el Amor.






