Las manifestaciones de hastío, disgusto, protesta, se han sucedido en las últimas semanas por el desarrollo y la incidencia del Magno Vía Crucis, que se pretende celebrar cada cinco años. En realidad, este último acontecimiento no es más que el que colma el vaso de la paciencia ciudadana.
Se reclama contención, regulación y ordenación de los eventos en el Casco Histórico. La ocupación de la vía pública de manera exclusiva, constante y abusiva, invocando el derecho de manifestación, no es compatible con los derechos de los ciudadanos. No está en discusión el derecho de manifestación, todo lo contrario. Ni la consideración, que llevamos con orgullo, de nuestro Casco Histórico como escenario privilegiado para actividades. Lo que ponemos en cuestión es la reiteración, el trastorno, la falta de respeto, al desarrollo de la vida de los residentes.
Se comprenden -a veces más mal que bien- eventos tan distintos como la Semana Santa, el Primero de Mayo, la Noche Blanca del Flamenco, la Fiesta de Fin de Año y otras actividades anuales pero puntuales y limitadas en el tiempo. Lo que altera de manera notable la convivencia son los eventos que cortan el tráfico, la accesibilidad a nuestros domicilios y garajes, llenan las calles de suciedad y basuras y mantienen constantes y elevados niveles de ruido. Aún más, es motivo de preocupación principal que las dificultades de accesibilidad afectan, y en ocasiones impiden, la circulación, el poder salir o llegar a viviendas de ambulancias y otros servicios de urgencia, con la repercusión en los riesgos para la seguridad y salud que alguien da irresponsablemente por asumidos.
LOS COSTES QUE ASUMIMOS
El Ayuntamiento debe evaluar los costes de cada evento y tomar decisiones también con el presupuesto municipal en la mano. Los ciudadanos tenemos derecho a esa información.
LA IMPRESCINDIBLE INFORMACIÓN PREVIA
Por supuesto, lo mínimo que se demanda es información. El Consejo de Distrito así lo reclamó por escrito, por registro de entrada y con tiempo suficiente para el último evento. En un primer momento y con presteza se nos respondió positivamente, para terminar -con sucesivos atrasos y aplazamientos- en la propuesta de una reunión tres días antes -que sonaba a excusa con foto- y que por supuesto rechazamos.
REGULACIÓN
El Consejo de Distrito Centro ya abordó en 2018 los usos de la vía pública, porque el problema y la necesidad de intervenir no es de ayer. Entre sus conclusiones:
“Realizar un calendario anual único de actividades en la vía pública, coordinando su desarrollo y modificando o no autorizando los que interfieran de manera acusada con la convivencia vecinal. Se elaborará el mismo en el último trimestre del año con vistas al siguiente. Las actividades fuera de ese calendario deberán solicitarse con antelación de un mes para proceder a su tramitación y su autorización deberá estar justificada.”
La situación se ha agravado. Ante la inacción o la complicidad municipal se ha sobrepasado con mucho el equilibrio entre el interés turístico o el lugar de celebraciones de todo tipo y el derecho a la convivencia y el descanso vecinal.
El hecho incontrovertible es que el Casco Histórico es, hoy, una Zona Saturada de Eventos. Por lo que debe abordarse una regulación efectiva y consensuada acorde con la realidad.






